La
descolonización no solamente supuso la independencia política de las
colonias, también implicó una serie de problemas que marcaron la
evolución posterior de estos territorios y que, en muchos casos,
permanecen en la actualidad.
Tras
la descolonización, las economías de los países africanos y asiáticos
mantuvieron una fuerte dependencia exterior y estaban desarticuladas.
Esto les impidió poner en marcha procesos de desarrollo, y su situación
económica fue empeorando progresivamente en la mayoría de los casos.
La
mayor parte de estos países ha sufrido una fuerte inestabilidad
política, con frecuentes guerras civiles, golpes de Estado y dictaduras
militares.
El
fuerte crecimiento demográfico acompañado del estancamiento económico
ha provocado un empeoramiento progresivo en el nivel de vida de los
habitantes de estos países.
La sucesión de desastres naturales como sequías, inundaciones, etc. ha supuesto
auténticas catástrofes humanitarias en algunas regiones.
Integración de los nuevos países independientes en la ONU
Aparición del neocolonialismo como nueva forma de dominación económica
Regreso de los colonos de las antiguas colonias a la metrópoli.
Para África negra:
Alto crecimiento demográfico, pobreza y hambre.
Éxodo rural masivo a las ciudades.
Por
ello, la mayoría de estos países ha pasado a formar parte del Tercer
Mundo. La ausencia de políticas adecuadas y de programas de cooperación
ha supuesto que cada vez se alejen más del mundo desarrollado.
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