A la crisis económica internacional, hay que añadir la crisis política española tras la muerte del dictador Francisco Franco en 1975, cuando Juan Carlos I fue proclamado Rey de España. Adolfo Suárez como presidente del Gobierno y con todos los partidos políticos elaboraron la Constitución de 1978, que introducía un sistema de monarquía parlamentaria.
A principios de 1977 los datos de la economía española mostraban sin lugar a dudas que se encontraba en una situación de depresión, caracterizada por un estancamiento de la actividad productiva,, aumento del paro y fuertes niveles de inflación.
En este acoplamiento se firmaron los Pactos de la Moncloa, acuerdos sin antecedentes en Europa, suscritos por el gobierno, partidos políticos, sindicatos y asociaciones empresariales, que creyeron en un control de los recursos líquidos, una desvalorización de la peseta y el control de los salarios. Los resultados no fueron del todo agradables, aunque significaron la unidad de los agentes económicos frente la crisis. Desde 1982 con la entrada del gobierno socialista se llevó a cabo una política económica marcada por el control de la inflación y la moderación salarial.
La consolidación del proceso democrático facilitó un proceso de acercamiento a Europa, que acabaría en 1986 cuando España ingresó en la Comunidad Económica Europea bajo la presidencia de Felipe González.
No hay comentarios:
Publicar un comentario